La herramienta conocida como Deliberative Town Hall (DTH), impulsada por la Fundación P!ensa junto a la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), propició encuentros entre políticos y ciudadanos durante el último proceso constitucional. Los resultados fueron lanzados recientemente y comentados en una nota en El Mercurio.
“Un mecanismo de participación para promover el diálogo entre políticos y ciudadanos, en un esfuerzo tendiente al impulso de la amistad cívica. Ese es el objetivo de “Chile Dialoga”, un espacio creado por la Fundación Piensa junto con el Instituto IDEA (Institute for Democratic Engagement and Accountability) de la U. Estatal de Ohio (Estados Unidos) y Faro UDD.
La iniciativa constó de dos encuentros entre septiembre y octubre de 2023, en los que participaron cuatro consejeros constitucionales y más de 3.500 personas. De acuerdo con sus resultados, consiguió mejorar la confianza en las instituciones, lo cual podría ser un camino para recuperar la convivencia en el país.
“Chile Dialoga” utilizó la metodología de los “Deliberative Town Hall” (DTH) -creados por el académico de IDEA Michael Neblo—, basada en “los principios de inclusión, focalización, preparación y neutralidad” que ya se han aplicado en otros países, como EE.UU., Reino Unido, Australia y Nigeria.
Los encuentros se efectuaron cuando transcurría el trabajo del Consejo Constitucional y se invitó a consejeros a participar en la instancia con ciudadanos de todas las regiones seleccionados aleatoriamente para conversar en un primer evento sobre el sistema de pensiones, y en un segundo, sobre el sistema político.
“Uno ve cualquier encuesta en Chile y la confianza en el Congreso está debajo del 10% y estos mecanismos buscan cumplir una doble función: reunir a los políticos con ciertos representados a los que no tienen posibilidad de llegar y, por otro lado, mejorar la confianza y que las autoridades tengan insumos para la toma de decisiones”, afirma Maximiliano Duarte, director de estudios de la Fundación Piensa.
Mientras tanto, Neblo comenta a “El Mercurio” que este mecanismo surge en un contexto en donde observaba que en EE.UU. el debate “no era exactamente un ejemplo de alta discusión política”. Así, dice, se desarrollaron estos espacios en donde se selecciona previamente un único tema a conversar y se les entrega información a los asistentes para que puedan abordar la charla de manera más profunda, la cual es moderada por alguien “neutral”.
La clave de sentirse “escuchados”
Los resultados obtenidos mediante encuestas a los participantes antes y después de cada evento fueron presentados esta semana en Icare, en donde se explicó que tras las instancias se registraron cambios en la percepción de los participantes asociados a la confianza en las instituciones y al proceso constitucional.
Así, por ejemplo, cuando se consultó previo al segundo encuentro si creían que “a los políticos no les interesa realmente qué es lo que el votante piensa”, un 10% dijo estar en desacuerdo, un 12% respondió no saber y un 78%, estar de acuerdo. Luego de la instancia, los porcentajes cambiaron: un 13% dijo estar en desacuerdo, un 20% no saber y quienes estaban de acuerdo con dicha afirmación cayeron 10 puntos, ubicándose en 68%.
Un fenómeno similar ocurrió al preguntar si “usualmente puedes confiar en que los líderes políticos hacen lo mejor para el país”, a lo que, tomando como ejemplo el segundo evento, un 70% dijo estar en desacuerdo previo a su realización, lo que disminuyó 11 puntos una vez finalizado. En paralelo, subieron los que no saben (de 21% a 28%) y también los que están de acuerdo, de 10% a 13%.
“El mecanismo deliberativo produjo una sensación de que el sistema político, de alguna manera, responde a los intereses ciudadanos”, se consigna en el informe que presenta los resultados del estudio.
También, la percepción de las instituciones cambió gracias a estos espacios. En el segundo evento, la desconfianza en el Consejo Constitucional bajó de un 47% a un 32% entre aquellos que respondían que no confiaban “nada”, quienes se trasladaron a confiar “poco” (de un 33% a un 44%) y “bastante” (de un 17% a un 21%). Junto con ello, el mayor respaldo se trasladó a otros organismos de representación como el Congreso Nacional, en donde también disminuyó la falta de credibilidad.
“Ciertos elementos de nuestra experiencia en Chile son similares a los que hemos encontrado en otros países. La mayor diferencia es que, en general, carece de la tradición norteamericana de la democracia participativa, lo que hizo más desafiante la selección de personas para que fuera representativo. Pero una vez que entendieron que tenían la oportunidad de discutir ideas con otros chilenos, lo agradecieron mucho”, comenta Neblo sobre lo que se encontró en el país.
Recuperar la legitimidad mediante el dialogo
Estos resultados se entregan en un momento en que, en el país, diversas voces han advertido sobre un deterioro en la relación cívica y han llamado a impulsar medidas que favorezcan el diálogo y los encuentros entre posiciones diferentes.
María Paz Raveau, investigadora de Faro UDD, comenta que “este tipo de mecanismos apunta a un diálogo entre la ciudadanía y sus representantes. Hoy estamos en un contexto de desconfianza en las instituciones políticas, en donde las personas no creen que los políticos vayan a resolver sus problemas. El diálogo que se produce en los DTH es fundamental, porque ayuda a recuperar esa confianza necesaria para el funcionamiento de la democracia”.
En esa línea, el académico de la Universidad Estatal de Ohio valora que estos espacios permiten reducir la percepción en la ciudadanía de que una ley “vino de la corrupción o la ideología”. “Si, por el contrario, estos espacios no existen, aumenta la sensación de que fue impuesta y cuando las personas no sienten legitimidad se muestran más propensas a la violencia o diversas formas de movilización que pueden llevar a las sociedad a direcciones que no son constructivas”, asevera.
¿Y se planea repetir este mecanismo? Según comenta Duarte, la idea es que esta iniciativa la recoja el Congreso para que los legisladores “estén en contacto constante con otras personas. En definitiva, esperamos que se instale como algo habitual”.
Noticia publicada en El Mercurio