La decisión del Presidente
El plazo para presentar indicaciones al texto redactado por la Comisión Experta venció el
lunes recién pasado. Este término para presentar modificaciones al anteproyecto llega en el
peor momento del proceso constitucional debido al poco interés de la ciudadanía y la
tendencia que muestran distintas encuestas a rechazar la propuesta en diciembre.
Por ejemplo, la última encuesta Criteria indica que solo un 12% de los encuestados aprueba
la gestión del Consejo Constitucional, superando solo al Congreso y a los partidos políticos.
También, la encuesta muestra que el interés en el proceso ha disminuido en un mes de un
40% a un 32%, mientras que la disposición a votar por el rechazo supera con un 32% a la
opción apruebo, que solo tiene un 17%. Ante este oscuro panorama, cabe preguntarse
¿qué hacer? ¿Quiénes saldrán a defender el proceso? ¿Cuál será la postura del presidente
de cara al plebiscito de diciembre?
La decisión del Presidente sobre el texto constituyente será una de las más difíciles de su
mandato. Tendrá un gran impacto en su legado, ya que podría ayudar a ponerle la lápida al
proceso -con la incertidumbre que ello produciría- o concluirlo firmando la nueva
constitución. Hasta ahora, el jefe de estado ha sido un firme defensor del proceso
constituyente. Sin embargo, que su coalición no tenga los votos ni siquiera para vetar
normas y esté limitada solo a defender con uñas y dientes el anteproyecto nos ha llevado a
algunos a especular que el mandatario podría cambiar de opinión.
También parece poco probable que el presidente esté a favor de la propuesta hecha por el
Consejo Constitucional, dado que las enmiendas presentadas por la derecha en común
acuerdo -que pueden ser aprobadas sin restricción- van en contra de las iniciativas
históricamente impulsadas por el antes diputado Boric y su conglomerado. La inclusión en la
constitución de temas como el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, la
propiedad y heredabilidad de los fondos previsionales, así como la administración privada
de estos fondos, la libertad para elegir dónde cotizar en salud, ya sea en un ente privado o
público, junto con un capítulo destinado a las Fuerzas Armadas, hacen pensar que Gabriel
Boric probablemente rechazará la propuesta sin dudarlo, lo que sería un duro golpe al
proceso. Y es que es muy difícil imaginarse ver a José Antonio Kast y al presidente
haciendo campaña por el apruebo de salida.
Pero veo una pequeña luz de esperanza, una silver lining como dicen en Estados Unidos,
que se abre con los últimos dichos del presidente en su gira por Europa sobre los treinta
años que vinieron luego de la vuelta a la democracia. Nuestra máxima autoridad de alguna
forma se contradijo a sí mismo y a la coalición que lo llevó al poder al validar lo hecho por
los gobiernos de la Concertación y Sebastián Piñera, poniendo fin al mito del “no son 30
pesos, son 30 años”. En Madrid, el Mandatario destacó que en ese periodo se fortalecieron
las instituciones y se sacó a una gran cantidad de gente de la pobreza. Esto hace pensar
que Gabriel Boric puede cambiar de opinión sobre algunas propuestas que incorpore la
derecha al texto que será plebiscitado.
La decisión del Presidente sobre el proceso constituyente reviste gran importancia, ya que
en el estado crítico del proceso hace necesario que todas las voces se sumen a su favor; y
que voz más importante que la del mismo presidente. Boric deberá analizar minuciosamente
los pros y los contras de cada opción y tomar una decisión que sea lo mejor para Chile,
aunque el horizonte se vea color de hormiga.
Columna publicada en La Segunda