La tormenta
En el prólogo de “Liberalismo Político”, John Rawls sugiere que una de las razones por las que el nazismo triunfó fue porque se perdió la fe en la posibilidad de mantener un régimen liberal democrático. Así mismo, la politóloga Sheri Berman describe que estos regímenes totalitarios ofrecieron un Estado de bienestar frente a la crisis económica y política que afectaba a Alemania y a Italia, contraponiéndose a la inoperancia de la democracia. La última encuesta de Opinión Política de Fundación P!ensa nos muestra un escenario tormentoso similar, en el que la desesperanza y la insatisfacción con la democracia se hacen presentes con fuerza en nuestra región.
Por ejemplo, del total de 1650 encuestados, solo el 17% cree que Chile está progresando, mientras un 45% piensa que está estancado y el 38% que está en retroceso. Por otra parte, el 41% piensa que el futuro de Chile en 3 años más será peor que hoy, un aumento de 19% en comparación al año pasado.
También es posible ver que los satisfechos y muy satisfechos con el funcionamiento de la democracia solo suman un 23%.
Mientras que la preferencia de los encuestados por la democracia frente a cualquier otra forma de gobierno disminuyó a un 53% frente al 62% del año pasado, aumentando la indiferencia por el sistema político y también la preferencia por formas autoritarias de gobierno a un 30% y 13% respectivamente.
Los datos anteriores no solo nos muestran una creciente desesperanza en el porvenir de nuestro país, sino también una pérdida de fe en la democracia como un régimen que puede resolver nuestros problemas. Esto es preocupante, ya que los regímenes totalitarios no siempre surgen por la fuerza; al contrario, muchas veces ganan elecciones democráticas a través de un discurso político que logra capitalizar el malestar con el sistema democrático, aprovechando la incapacidad de este último de afrontar los problemas que más afectan a la ciudadanía.
Este último punto es esencial para comenzar a buscar soluciones a nuestra crisis, puesto que los dos temas que los encuestados ven con mayor preocupación son la delincuencia y la inflación. Enfrentar ambos problemas, mientras se avanza en las reformas institucionales que Chile necesita, es y seguirá siendo una tarea titánica, sin perjuicio de los gestos de la oposición con el gobierno -y viceversa- que dan cierta esperanza de llegar a buen puerto y salir de la tempestad.
Así y todo, nuestro estudio sugiere que el margen de error es mucho menor. En el caso de fracasar la vía institucional, el pesimismo y descontento subirán aún más, lo que probablemente lleve a que las personas busquen una alternativa al sistema democrático que otra vez les volvería a fallar. Eso sí, nadie podrá decir que no lo vimos venir.
Columna publicada en El Mercurio de Valparaíso