Política y seguridad
Hablar de la confianza que generan las instituciones es reflexionar sobre uno de los elementos más subyacentes en que descansa la afección política. Y es que, si queremos entender el descontento, resulta esencial comprender el grado de cercanía que tienen los ciudadanos respecto de los órganos que los gobiernan.
Bien sabemos que ya desde hace bastante tiempo las cifras no son muy esperanzadoras, particularmente cuando hablamos de aquellas instituciones que desempeñan una función política.
Este 2023 el Congreso Nacional sigue en el último lugar de la tabla, incluso bajando respecto del año pasado. Pero el gran problema, sin embargo, es que el accionar político que es mirado con recelo por parte de la ciudadanía hoy también salpica a las Fundaciones y ONGs (esperable, ¿no?).
Estas instituciones privadas, probablemente debido a los hechos que ya todos conocemos, fueron quienes sufrieron la caída más relevante en nuestra medición. La situación es trágica porque, como ya hemos sugerido, erosiona ciertos elementos básicos de la convivencia política. No hablamos de insatisfacción ni de evaluación, sino que de sensaciones y actitudes algo más estables en el tiempo y que son usualmente vistas como indicadores de salud de nuestro sistema democrático.
Lo curioso es que estos resultados paupérrimos de las instituciones políticas contrastan con los obtenidos por los órganos vinculados al orden y la seguridad.
Es interesante recordar que durante el año 2021 (justo después del estallido social), la confianza en Carabineros alcanzaba un escuálido 34%. Ya durante el 2022, esa cifra aumentaba a un 47%. Hoy, en el 2023, la confianza en la institución llega a un sorprendente 57%. Para ver las cosas en perspectiva, los resultados de Carabineros solo son superados por Bomberos, que durante toda la serie de nuestras encuestas (desde el 2015) se posiciona como la institución más confiable.
Pero este asunto hay que verlo desde distintas aproximaciones. Bien sabemos que la alta credibilidad no se reduce a Carabineros, sino a todo el sistema encargado de la seguridad de los chilenos. Durante este 2023, la tercera institución más confiable es la Policía de Investigaciones (que en los últimos 2 años ha subido de un 48% a un 56%), mientras que en el cuarto lugar se sitúa las Fuerzas Armadas (que en los últimos 2 años ha subido de un 35% a un 49%).
Por cierto que una explicación plausible a estos cambios tiene que ver con el problema de la delincuencia. Como ya hemos comentado hace algunos días, en la Región de Valparaíso se ha transformado, por lejos, en el asunto prioritario para los vecinos. Parece lógico, entonces, que la labor de las policías y FFAA sea vista como especialmente deseable y apreciada. Sin embargo, estas apreciaciones no son homogéneas en la población. Al respecto, podemos observar que en las clases medias (es decir, sectores C2 y C3) la confianza en Carabineros es incluso mayor, llegando a un 68%. A nivel de ideología también se reportan diferencias. Mientras que el 70% de quienes se identifican con la derecha o centroderecha sienten confianza por la institución, esa cifra baja a un 39% cuando nos remitimos a quienes se identifican con la izquierda o centroizquierda (en ciudadanos menores de 35 años, de ese mismo grupo, incluso llega a 35%).
En los últimos días hemos visto al Presidente de la República proteger explícitamente la honra de Carabineros: “La reputación de nuestras instituciones se defiende nacional e internacionalmente”, ha dicho el mandatario. Pese a que sus intervenciones siguen reflejando una evidente tensión entre sus responsabilidades actuales y sus almas pasadas, lo cierto es que sus declaraciones (las de ahora) parecen ir en la dirección correcta. Siempre debemos recordar la importancia de contar con instituciones confiables y cercanas a la ciudadanía, particularmente cuando hablamos de quienes tienen el monopolio de la fuerza. Hubiese sido importante que esto lo hubiésemos acordado transversalmente hace 4 años. Pero en fin… más vale tarde que nunca.
Columna publicada en El Mercurio de Valparaíso