¿Quién conoce al seremi?

¿Quién conoce al seremi?

En una clase universitaria le pregunté a mis alumnos cuántos conocían al Ministro de Vivienda y 25 de los 35 levantaron la mano. Acto seguido quise saber cuántos conocían a la Secretaria Regional Ministerial de Vivienda: nadie levantó la mano, ninguno sabía su nombre.

Esta anécdota da cuenta de una realidad preocupante: la discusión pública local es prácticamente invisible en nuestro país y muchas veces en regiones nos informamos sólo a través de medios santiaguinos que reproducen las noticias con una mirada centralista, sin detenerse en las particularidades de los territorios. Dios está en todas partes, pero atiende en Santiago.

En ese contexto, el aporte que hace “La Estrella de Valparaíso”, desde hace 100 años (que se escribe fácil ¡pero vaya qué logro!), es invaluable para nuestra región: visibiliza las noticias y debates propios de nuestra tierra y es un antídoto esencial contra la corrupción y la falta de transparencia. Muchos se llenan la boca hablando de descentralización, “La Estrella” descentraliza de verdad. Muchos hacen gárgaras contra la corrupción, “La Estrella” la combate de verdad.

Nuestra región es afortunada de tener este medio local, independiente y riguroso que, además de informarnos, es parte del patrimonio inmaterial que constituye nuestra identidad y va configurando nuestro futuro. Además, resulta notable el arraigo de este medio en el ciudadano común y corriente de esta tierra. Sin “La Estrella” nuestra región sería algo distinto.

En este Centenario, Chile ha iniciado un proceso constitucional que buscará que acordemos una Constitución que regule el poder, proteja nuestros derechos fundamentales y nos represente a todos. Para quienes, como La Estrella, buscan descentralizar y enfrentar la corrupción, son importantes ciertas consideraciones.

En primer lugar, una cuestión relevante será –más que con el texto que se apruebe- la forma en que como sociedad enfrentaremos el debate constitucional. Las denominadas “noticias falsas” expandidas acríticamente por redes sociales son un riesgo para el proceso y la democracia. Es muy relevante que la ciudadanía le dé valor y se informe a través de medios serios que puedan actuar de filtros, para tener la certeza que la información que estamos leyendo es verídica.

En segundo término, el proceso abre la oportunidad para que Chile, de una buena vez, se descentralice, y las decisiones importantes dejen de tomarse en cuatro manzanas de Santiago. Acercar la toma de decisiones a las personas; avanzar hacia un Estado Unitario-Descentralizado; tener menos regiones pero más fuertes para hacerle contrapeso a la capital; y modernizar nuestro Estado y municipios, para llevarlos al siglo XXI y que dejen de ser una caja negra pagadora de favores políticos.

En tercer lugar, parece necesario que el Estado avance en leyes que generen incentivos y beneficios para los medios locales, que son un gran aliado de nuestra democracia y cumplen un rol público esencial. La exigencia de que ciertos avisos o campañas estatales tengan que ser publicadas con mayor intensidad y preferencia en medios locales reputados puede ser un buen primer paso en esta línea.

Que este segundo siglo que comienza este diario sea el siglo del Chile descentralizado, justo y próspero. No tengo dudas que en la persecución de ese propósito ahí estará nuestra “Estrella de Valparaíso”.

Columna publicada en La Estrella de Valparaíso