Revuelta. Violencia provocó daños por USD182 millones, según cifra de Atisba. Alcaldesa dice que comienza a llegar la inversión, pero experto en economía urbana acusa alza de locales cerrados.
A seis años del estallido social que se desató en la región el 19 de octubre de 2019, al día siguiente de los incendios del Metro y los saqueos y desmanes en Santiago, la recuperación de Valparaíso
constituye una compleja tarea pendiente.
En noviembre de ese año, la oficina de urbanismo Atisba, fundada por el arquitecto Iván Poduje, quien la dirige, publicó un informe de 33 páginas acerca de los impactos de la revuelta en esta ciudad, que cifra los daños en 4.986.211 UF, equivalentes a USD 182 millones, a la vez que estima en 14.256 los empleos afectados, correspondientes al 12% de la fuerza laboral de la comuna.
La entonces encargada del Departamento Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Valparaíso, Alejandra Romero, suscribió el 29 de enero de 2020 un documento en que consigna daños por $4.321.645.535 en un total de 508 empresas catastradas del comercio, en respuesta al oficio N°42865 del diputado Jorge Rathgeb.
En ese documento, Ord. SC N° 23, la actual seremi de Seguridad avaluaba en $99.879.369 los destrozos registrados en semáforos; $8.450.000 en señaléticas; $2.260.500 en mobiliario urbano, y $1.910.969.497 en aceras y calzadas, con un total de $2.021559.366 para este tipo de equipamiento.
GOLPE DE GRACIA
“Fue como un golpe de gracia para Valparaíso, que ya estaba recibiendo golpes hacía rato, asociados yo creo a la administración de Jorge Sharp, muy deficiente, con una idealización de la cultura de la basura y del vandalismo”, plantea Poduje, para quien el estallido “básicamente acentúa eso de forma muy violenta sobre calles emblemáticas para la ciudad”.
Dice que la situación de Esmeralda y Condell fue crítica, con mucha devastación. En esos puntos “fue donde detectamos los mayores daños, que también vimos en Bellavista y en Pedro Montt, que ya venía afectada por la proliferación del comercio ambulante”, de manera que la violencia terminó por impactar al comercio que quedaba en pie, dejando huellas “que hasta el día de hoy son imborrables y que han afectado la imagen y la economía de la ciudad”.
El urbanista expone que Valparaíso fue una de las ciudades más afectadas “porque ya estaba muy debilitada cuando recibe la violencia del estallido”.
AUMENTA VACANCIA
“La última medición de vacancia comercial que realizamos muestra lo contrario a una recuperación” del plan de la ciudad, observa por su parte el experto en economía urbana de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres (LSE), e investigador de la Fundación Piensa, Ignacio Aravena.
“En 2022, posterior al estudio de Atisba, la vacancia comercial era del 13%, y en 2025, subió a 18%. Es decir, hoy hay más locales cerrados que hace tres años. Las zonas asociadas al ‘estallido social’ y las protestas no mostraron señales de recuperación; pero, más preocupante aún, la vacancia empeoró en el resto de la ciudad, sobre todo en calles aledañas a las huellas de protestas y el Barrio Puerto”.
Para Aravena, “esto confirma que las protestas y la vandalización fueron un catalizador del declive porteño, acelerando procesos asociados inseguridad y bajo dinamismo económico, lo cual explica la migración de comercio y familias”.
El experto sostiene que en Santiago Centro ocurre algo similar, pues más de 900 locales cerraron o se trasladaron al sector oriente, incluyendo a locales históricos, como el Bar Nacional, que decidió mudarse a Las Condes recientemente.
“En general, los lugares que no han podido revertir la inseguridad siguen estancados. Como nos contaron varios locatarios en Valparaíso, este problema los ha llevado a cerrar antes y no abrir los fines de semana”, remarca.
¿CÓMO RECUPERAR?
“Es una situación que se pregunta uno todo el tiempo y cada vez se ve más lejana, porque el último intento serio fue el plan BID del Presidente Lagos, con una inversión de 70 millones de dólares que le da un impulso a la ciudad, pero además que se acompaña con un conjunto de obras”, expone Iván Poduje.
“En el caso del Presidente Piñera, se hace un tremendo esfuerzo para hacer el Parque Barón con $17.000 millones de inversión, pero nuevamente tenemos acá la burocracia patrimonialista malentendida que retrasa este proyecto y el Instituto de Neurociencia hasta terminar por matarlo, un proyecto que era clave para reactivar el barrio fundacional de Valparaíso”.
Piensa que la solución pasa “por una reforma muy sustantiva que tiene que ser liderada desde la Presidencia porque creo que el municipio no tiene atribuciones, competencias, ni recursos para hacerse cargo de esta tarea, y el gobierno regional y las delegaciones, tampoco”.
TORTURA BUROCRÁTICA
Además de constituir un proyecto presidencial, el urbanista opina que “también tiene que haber un cambio cultural en la élite de Valparaíso, que deje de pensar que esto es un museo, que entienda que se tiene que renovar la ciudad, que hay que invertir y, por cierto, que la reforma en el sistema de permisología debe tener un foco muy importante” en ella.
“No podemos tener una zona de conservación histórica que abarca todo el plan de la ciudad y que impide que los edificios que están ahí se puedan reciclar, remodelar sin pasar por una tortura burocrática como ocurre hoy día”, declara.
“VALPARAÍSO MEJORA”
La alcaldesa de Valparaíso, Camila Nieto, sostiene que la Municipalidad asumió el desafío y objetivo claros de levantar la ciudad “y sacarla del estado de estancamiento en el que se encontraba producto de diversos motivos: problemas de gestión, una crisis económica, una crisis sanitaria y una crisis política y social como la que fue el estallido”.
“Recuperarse de esa situación no es una tarea fácil, pero en ella están concentrados todos los equipos municipales. Tenemos proyectos en diseño, en postulación y en ejecución que sin duda le cambiarán la cara a Valparaíso, enfocados principalmente en Barrio Puerto, parte de nuestro Sitio Patrimonio Mundial”, agrega.
Menciona el modelo de gestión para Mercado Puerto, con fuerte despliegue de limpieza en el barrio fundacional, adjudicación de un fondo para mejoramiento en la Plaza Sotomayor “y estamos empujando con fuerza la recuperación del ascensor Artillería como prioridad”.
Igualmente, los proyectos en curso para el mejoramiento de la Pérgola de la Flores entre Cumming y Almirante Montt, la pileta Neptuno en la Plaza Anibal Pinto, el mejoramiento integral de la Plaza Lord Cochrane, frente a la Plaza Cívica, la restauración de la pileta de la Plaza Victoria, entre otros, y “un ambicioso proyecto para cambiarle la cara al bandejón de Avenida Brasil, además de la inminente inauguración del nuevo Parque Barón”.
“Esto va acompañado de un trabajo intensivo con asociaciones gremiales y el sector turístico para fortalecer la llegada de turistas y reactivar el comercio local de la mano de nuestra gastronomía, nuestro rubro hotelero y las bondades naturales que ofrece la ciudad”.
La alcaldesa afirma que “Valparaíso está mejorando y tenemos que ser capaces de verlo. Será gradual, será paulatino, pero la inversión tanto pública como privada comienza a llegar”.
Ignacio Aravena plantea que “distintos actores se resisten al declive porteño, como los esfuerzos de la alcaldesa Nieto frente al comercio ambulante, la recuperación de fachadas y diversas inversiones privadas. Sin embargo, es difícil que el rumbo cambie si no mejoramos la seguridad ni diseñamos incentivos para atraer inversión masiva en la ciudad”, plantea.
“También tiene que haber un cambio en la élite, que deje de pensar que esto es un museo y entienda que se tiene que renovar la ciudad”.
Iván Poduje, Arquitecto urbanista
Noticia publicada en El Mercurio de Valparaíso