El “despliegue táctico”

El “despliegue táctico”

Esta semana se cumplen dos años desde que el “Rechazo” se impuso frente al “Apruebo” en el plebiscito del 04 de septiembre de 2022. Si bien fueron múltiples los factores que terminaron inclinando la balanza en contra de la propuesta de la Convención Constitucional, en términos generales dicho texto se sustentaba en una concepción relativista de la separación de poderes y, particularmente, del sistema de frenos y contrapesos, pilares fundamentales de todo Estado de Derecho.

Uno tendería a pensar que, para este segundo aniversario, aquellos sectores que lideraron la Convención e impulsaron estas reglas de organización institucional habrían recapacitado en torno a los contenidos de su fallida propuesta. No obstante, numerosos personeros han perseverado en su afán de defender esta precaria visión del orden institucional, donde la autonomía de los órganos del Estado cede en favor de las ideologías o mayorías de turno, tal como ocurre en Venezuela.

Las recientes declaraciones de Jaime Bassa, ex Convencional Constituyente y ex Vicepresidente de la Convención Constitucional, permiten graficar con claridad esta falta de autocrítica por parte de los responsables del proceso: “El hecho de que hayamos perdido el plebiscito no significa que esas ideas hayan sido derrotadas de manera permanente. Hay muchos de esos cambios culturales que van a seguir su camino y que van a consolidarse con certeza en los futuros.”.

Los partidos de Apruebo Dignidad, la coalición de origen del presidente Boric, son los principales exponentes de esta doctrina, lo que de ninguna manera llama la atención considerando el respaldo irrestricto que el gobierno le entregó al trabajo de la Convención Constitucional, al punto de condicionar la materialización de parte de su programa a la aprobación del texto refundacional plebiscitado.

En este sentido, los ejemplos abundan. Sin ir más lejos, basta con revisar las declaraciones del mandatario con motivo de la prisión preventiva de Luis Hermosilla para ilustrar la debilitada concepción de la separación de poderes que impera en La Moneda. En paralelo, conductas derechamente matonescas, como las desplegadas por parte del Partido Comunista en contra del Poder Judicial a propósito del proceso seguido en contra de Daniel Jadue, simplemente constatan lo anterior.

Todo indica que, tras el repliegue táctico que tuvieron que hacer los sectores que lideraron la Convención Constitucional después de que su propuesta terminara siendo rechazada por el 62% de la ciudadanía, ahora ha comenzado un despliegue táctico por parte de estos mismos grupos, maniobra con la que buscan retomar sus banderas y remarcar su identidad en pleno período electoral. Está por verse si esta vez lograrán empinarse por sobre el 38% que obtuvieron hace dos años.


Columna publicada en El Mercurio de Valparaíso