El poder del voto femenino

El poder del voto femenino
Créditos Agenicia UNO

Luego del triunfo de Boric sobre Kast en la segunda vuelta presidencial de 2021, una de las principales teorías de analistas políticos de distintos sectores apuntó a la relevancia del voto femenino en el holgado resultado del actual presidente. Lo mismo se creía del plebiscito de 2023, en el que la opción “en contra” ganó por más de 10 puntos porcentuales, en tanto la propuesta incluía un artículo que podía arriesgar la legalidad del aborto en tres causales.

Para evitar nuevamente una elección que se concentre en los polos, el voto femenino puede volver a jugar un rol clave, como ya lo ha hecho en comicios recientes.

Un escenario adverso para las mujeres

Las noticias y columnas de opinión de las últimas semanas han estado dominadas por la agenda económica y los más de 100 mil empleos que “quedó debiendo” la candidata Jara en su rol de ministra del Trabajo. Más allá de lo subjetivo y el compromiso del gobierno, lo cierto es que incluso la presidenta del Banco Central ha señalado lo difícil que está siendo para el mercado laboral ajustarse a todos los cambios legislativos.

Algunas medidas -como las 40 horas, el aumento del salario mínimo, la reforma de pensiones y hasta eventualmente la Ley Karin- cambian las reglas del juego para las empresas e impactan en sus decisiones de contratación.

En cifras concretas: la tasa de desempleo en Chile ascendió en la última medición al 8.9% y la de las mujeres supera el 10% por primera vez desde mayo de 2021. La creación de empleo se desacelera, y en siete regiones la tasa de desempleo está sobre el 9%. Como es de esperar, cualquier rigidez que se añada al mercado laboral afecta más a quienes son más costosos de contratar o enfrentan mayores impuestos al trabajo, como lo son las mujeres.

A pesar de la brecha salarial de género que existe, el costo con el que cargan por Sala Cuna en empresas que tienen 20 mujeres o más, la diferencia entre permisos postnatales de hombres y mujeres, la responsabilidad de cuidado y falta de corresponsabilidad presente en las políticas públicas chilenas las hace más propensas a ausentarse, e implica una carga monetaria adicional para el empleador.

El voto femenino como contrapeso político

Con las cosas como están -sin Sala Cuna Universal y con una importante brecha entre postnatales para hombres y mujeres- cualquier nueva inflexibilidad que se aplique al mercado laboral seguirá castigando al empleo femenino. Por eso cuesta imaginar que un programa presidencial basado en la demanda interna, la negociación colectiva ramal, las 40 horas en el sector público, el fin de las AFP, un mayor peso en la inversión pública sobre la privada, subir los impuestos, el salario mínimo “vital”, entre otras medidas, pueda ser beneficioso para las mujeres chilenas.

En este contexto, insistir en un modelo que históricamente no ha funcionado, que avanza en la dirección contraria que el resto del mundo, que limita la posibilidad de acelerar el crecimiento y encarece aún más en términos relativos el empleo femenino, representa una decisión equivocada para el país y su futuro liderazgo. Nuevamente, las mujeres tenemos la oportunidad de hacer historia y hoy, con los datos en mano, se hace fácil la decisión de al menos qué candidata podemos descartar.

 


Columna publicada en Biobio Chile