Mujeres y cárceles

Señor director,
Aún en los días posteriores al 8 de marzo, sigue siendo imprescindible centrar la atención en problemáticas que requieren un enfoque de género mejor calibrado, como nuestro sistema penitenciario.
No es novedad que la población penitenciaria ha crecido sostenidamente en los últimos años. Sin embargo, de acuerdo con las cifras de Gendarmería, este aumento ha sido porcentualmente mayor en las mujeres, con un 40,2% desde 2020, lo que supera en siete puntos a sus pares masculinos. En el régimen cerrado, lamentablemente, esta diferencia es de 24 puntos.
La calidad procesal también muestra diferencias importantes en la distribución por género, evidenciando que las mujeres están siendo más afectadas por la prisión preventiva. En 2023, el 43,5% de las mujeres privadas de libertad se encontraban con esa medida cautelar, una cifra muy superior al 29,5% registrado en los hombres.
Es necesario recordar que el encarcelamiento femenino conlleva desafíos particulares que requieren especial atención, ya que más del 80% son madres y un 39,3% ingresa a la cárcel sin un oficio. Además, presentan una menor vinculación a delitos graves, concentrándose en mayor medida en delitos relacionados con sustancias ilícitas.
Si bien múltiples factores pueden estar influyendo en este fenómeno, las cifras revelan que hay realidades de nuestra política punitiva que definitivamente no estamos
considerando y que están afectando negativamente a las mujeres.
Columna publicada en El Mercurio de Valparaíso