Obstruccionismo
Señor Director:
Escribo esta carta con preocupación por el nivel de obstruccionismo que nos afecta, un mal que resuena en el declive porteño a través de la constante oposición a proyectos inmobiliarios, empresas e inversión en infraestructura.
Si bien preservar el patrimonio es importante, también debemos dejar la visión atávica de que el progreso y la infraestructura se le oponen. De hecho, la falta de desarrollo puede mermarlo, como se observa en el abandono actual de edificios históricos.
Lo que sucede en Valparaíso refleja un problema sistémico en la falta de voluntad y el retraso en la ejecución de proyectos de inversión que nos hace perder oportunidades que, al final, son difíciles de revertir.
La evidencia es contundente en que el patrimonio se puede conservar sin congelar a una ciudad. Ciudades puerto que hoy son prósperas han logrado integrar servicios sin renegar de su herencia portuaria y patrimonial gracias al diálogo y planificación.
La falta de acuerdos es crítica, pues a la fecha Valparaíso pierde desarrollo económico, urbano e inmobiliario. Es urgente que superemos este obstruccionismo y trabajemos de manera constructiva para recuperar el progreso y bienestar de nuestra ciudad.
Carta publicada en El Mercurio de Valparaíso