Prioridades

Como ya se ha mencionado en varios medios, los recientes resultados en las pruebas TIMSS muestran una preocupante realidad. Sin embargo, pocos han profundizado en las posibles causas de este bajo desempeño.
Durante este año la Superintendencia de Educación ha recibido cerca de 9.000 denuncias por convivencia escolar y sólo en septiembre más de 800.000 estudiantes presentaron inasistencias graves a la jornada escolar, equivalente a más del 28% de la matrícula escolar del país. Mientras tanto las autoridades no han dudado en declarar nuevas suspensiones a la jornada escolar.
De acuerdo al mismo estudio TIMSS, los estudiantes de 4° Básico expuestos a mayores problemas de seguridad y disciplina obtuvieron hasta 24 y 33 puntos menos que el promedio en matemáticas y ciencias, respectivamente. Asimismo, quienes mantienen un mayor sentido de pertenencia y gusto por aprender —factores asociados a una menor probabilidad de deserción escolar— alcanzan puntajes hasta 26 y 44 puntos respectivamente, sobre el promedio en matemáticas para 8° Básico. Entonces, ¿sorprenden realmente los malos resultados educativos?
Mientras el gobierno se empeña en discutir respecto al FES (nuevo CAE) y asignar cada vez más recursos a la educación superior en desmedro de la educación primaria, son cada vez más los casos de violencias e inasistencias en los establecimientos. Pareciera que pese a la evidencia, que demuestra que la inversión en etapas tempranas de la vida entrega mayores retornos y mejores resultados en el largo plazo, los intereses políticos siguen ignorando las prioridades educativas. Es vital que la “Nueva Educación” para Chile integre estas prioridades y se haga cargo, hoy, de incentivar la asistencia y mejorar el clima de convivencia escolar. De lo contrario, los malos resultados dejarán de sorprendernos y estaremos nuevamente frente a una década perdida.
Carta publicada en La Segunda