Estudio revela que tasa de ocupación aún no repunta

Estudio revela que tasa de ocupación aún no repunta

Documento de Fundación Piensa apunta a un deterioro en el mercado laboral tras pandemia que impacta con mayor fuerza a las mujeres.

Un mercado laboral que todavía no logra recuperarse de los efectos del estallido social y la pandemia, el impacto que ha sufrido el empleo femenino y la existencia de una tasa de desempleo oculta de dos dígitos, son algunos de los hallazgos que revela el estudio “Radiografía Laboral de la Región de Valparaíso: Las heridas que dejaron el estallido social y la pandemia”, realizado por los investigadores Carolina Abuauad y Pedro Maiz, de la Fundación Piensa.

En el escrito se subraya que luego de realizar la revisión y análisis del mercado laboral en la región y monitorear su evolución, se puede concluir que tanto el estallido social como la pandemia tuvieron efectos permanentes en su estructura.

En esa línea, se advierte que un factor que ha llamado la atención en el deterioro del mercado laboral ha sido la incapacidad de recuperar la tasa de ocupación de los niveles prepandemia. “En la región, alcanzaba en promedio un 56,2% los últimos doce meses antes de la pandemia. En tanto, en los últimos doce meses de datos, esta se encuentra en una media de 54,5%, casi dos puntos porcentuales bajo los niveles de 2019”, apunta el escrito.

“Aunque la tasa de ocupación ha subido luego de la pandemia, es difícil pensar en volver, por ejemplo, a niveles del 58% para la región, como los observados en 2014”, explica Carolina Abuauad.

Asimismo, se recalca que el estallido social marcó cambios en la estructura económica, algunos de ellos acentuados por la pandemia. Por ejemplo, los ocupados calificados como técnicos y profesionales de nivel medio pasaron a representar una mayor proporción del total de ocupados, lo que se ha mantenido hasta ahora en torno a un 13% de la ocupación regional en promedio, dos puntos porcentuales sobre los cuatro años anteriores.

Lo contrario pasó con el personal de apoyo administrativo, en la que se ve una baja en la proporción que representa de los ocupados totales de la región. En este último, las mujeres representaban en torno al 60% de los empleados del sector, lo que luego del estallido social pasó a representar en promedio un 54%. Algo similar sucedió con los empleados caracterizados como trabajadores de servicios y vendedores de comercios y mercados. Antes del cuarto trimestre de 2019, las mujeres representaban cerca de un 60%, pasando a un 56%.

“Debemos poner los incentivos para que la población que está en medio de su vida laboralmente activa se reincorpore al sistema de empleo formal”.

Brecha salarial

En el estudio también se constata que durante 2020 hubo una caída importante en la brecha salarial de género a nivel nacional y regional. “Esto no se dio como resultado de políticas públicas que protegieran el trabajo femenino, sino que la salida masiva de las mujeres del mercado laboral se concentró en aquellas que percibían menores salarios”, remarcó el estudio, en una situación que se define como sesgo laboral y que también se relaciona con el aumento de la informalidad.

“La informalidad para los estratos socioeconómicos más bajos genera la expectativa de un sueldo líquido mayor por no retener el porcentaje legal para cotizaciones previsionales y de salud, además de una mayor flexibilidad”, subraya la investigadora de Piensa.

Desempleo oculto

El análisis señala que en el último año, la tasa de desempleo de la región se ubica en 8,6%, levemente sobre el promedio de los doce meses antes del estallido social. Sin embargo, subraya que “si consideramos a las personas que salieron del mercado laboral, esta sería de 10,9%, sobrepasando niveles de dos dígitos observados en plena pandemia y en crisis anteriores. Esta nueva cifra de tasa de desempleo consideraría el desempleo oculto, tomando en cuenta dos puntos porcentuales menores de ocupación”.

Y agrega que “si quisiéramos mantener los niveles de ocupación previos a la pandemia, con la misma proporción de la población en edad de trabajar, el desempleo no se ubicaría en torno a un 8,5%, sino más bien cercano a 11%”.

Al respecto, Abuauad detalló que “son cifras que no se ven debido a la forma en que se calcula la tasa de desempleo. Cabe mencionar que estos niveles son comparables sólo a las peores crisis económicas a nivel global, y debieran estar entre las principales preocupaciones de las autoridades tanto nacionales como regionales”.

“96% de las personas que no están disponibles para trabajar por responsabilidades familiares son mujeres.”

“Hay que repensar las políticas”

“Hay que repensar las políticas que rodean al mercado laboral, incluidos los programas de la Dipres que están mal evaluados, las faltas de incentivos para cotizar y la impunidad del empleo informal”, comentó Abuauad, añadiendo que de forma paralela “se deben impulsar otros proyectos para disminuir las discriminaciones de género, como por ejemplo el de sala cuna universal, que lleva más de diez años tramitándose en el Congreso Nacional a pesar de que ninguna coalición política se declara en contra”.

 


Noticia publicada en El Mercurio de Valparaíso